Cómo mejorar relaciones con la comunidad: un estudio de caso

Cuando Jennifer Burt Davis se unió al proyecto Ambatovy en Madagascar en septiembre de 2009, se enfrentó a varios desafíos: la inestabilidad en el país, los conflictos de la comunidad relacionados a la construcción, y a las percepciones cada vez más negativas de Ambatovy por parte de las partes interesadas. Sin embargo, la situación ha mejorado mucho desde entonces, impulsada en gran medida por la voluntad de Ambatovy en participar en un proceso de mejora continua, buscando retroalimentación y asesoramiento de los interesados locales a lo largo del camino. A través de este proceso, los profesionales de Ambatovy están encontrando soluciones “ganar-ganar” con su eficiente programa de gestión de RSE para preparar el terreno con las mejores prácticas de gestión de las partes interesadas. Jennifer accedió a compartir algunos de sus pensamientos sobre los «ingredientes» que hicieron la diferencia para Ambatovy.

Vincent Frigon: ¿Puede describir la situación cuando llegó en 2009

Jennifer Burt Davis: Cuando empecé en Ambatovy como asesor en RSE en 2009, hubo muchos retos que enfrentaba el proyecto y el país en su conjunto. Antes de trabajar con Ambatovy, yo había trabajado para otras entidades en el país. Esta experiencia me dio una perspectiva muy útil «desde afuera» sobre las preocupaciones y expectativas de las comunidades de Ambatovy. Cuando me uní a Ambatovy, el proyecto se encontraba en medio de la fase de construcción. Para todo el equipo de RSE, este período se caracterizó por el constante «apagar incendios», es decir, los relacionistas sociales se vieron obligados a hacer frente a una crisis tras otra, y así parecía bastante difícil gestionar «más allá del horizonte» riesgos que requieren de tomar una visión en el tiempo más larga. Las comunidades se disgustaron con el proyecto porque tenían grandes expectativas y sólo veían los impactos negativos de la construcción y pocos de los beneficios. El proyecto había hecho consultas públicas, pero la documentación era irregular y difícil de localizar. Durante este periodo, la comunicación con las comunidades era en su mayoría transaccional (por ejemplo, el costo de reemplazar la tierra, un árbol, etc.) Por desgracia, este tipo de ambiente nos proporciona pocas oportunidades para un diálogo real.

V.F.: ¿Cómo lograste manejar la situación?

J.B.D.: En primer lugar, nos involucramos con varias organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en el país. Éramos bastante transparentes acerca de los desafíos que teníamos. Les pregunté: «Aquí está nuestra situación, usted tiene mucha experiencia en el trato con esto o aquello, ¿qué me recomienda?» Creo que aprecian nuestra sinceridad y estaban por lo tanto más dispuestos a compartir con nosotros varios consejos muy útiles, así como información. También hablé con otros profesionales en el campo de RSE que me dieron ejemplos de las mejores prácticas en otras partes del mundo. Estos diferentes ejemplos me inspiraron a experimentar otras formas de hacer este trabajo.

A continuación, estudie las obligaciones que teníamos con el gobierno de Madagascar y las normas de desempeño del IFC. Entendiendo claramente nuestras responsabilidades con estos dos actores clave, hemos sido capaces de planificar nuestras actividades prioritarias de manera más lógica y coherente.

Como estábamos completando poco a poco la construcción a principios de 2012, empezamos a poner el sistema de gestión de la información (IMS por sus siglas en inglés) de Boréalis para monitorear nuestros compromisos y nuestras actividades de participación con los interesados. Para que fuese localmente adecuado, le dimos un nombre Malgache: TAFITA. Al mismo tiempo, estábamos reestructurando el departamento de RSE para crear equipos de relaciones comunitarias con líderes claramente definidos y objetivos de gestión para todos los programas de participación. Bajo este nuevo sistema, un relacionista social Ambatovy era asignado a cada una de nuestras 20 comunidades clave. Entonces diseñamos programas sociales para las actividades de salud, educación y medios de subsistencia con el fin de mitigar los impactos negativos, apoyar las necesidades de la comunidad, y demostrar los beneficios del proyecto. Durante este período, se utilizó la solución Boréalis para gestionar nuestros compromisos con las partes interesadas, al mismo tiempo que se realizó el lanzamiento de un mecanismo de quejas eficaz.

V.F.: ¿Cuándo  ve los primeros resultados?           

J.B.D.: Tomó unos seis meses para que internamente y externamente las personas comenzaran a ver los beneficios generados por la empresa y darse cuenta de que los hemos escuchado. Mirando hacia atrás, yo diría que escuchar activamente conformaba alrededor del 75% de la ecuación para la mejora de nuestras relaciones con la comunidad. La mayor parte de nuestra comunicación con la comunidad se introdujo en la solución BoréalisIMSTM. Esto nos permitió seleccionar el nombre de cualquiera de nuestros grupos de interés y descubrir, por ejemplo, si ella / él tenía un campo de arroz afectado, o si ella / él había participado en una de nuestras reuniones trimestrales de intercambio, o si ella / él había sido visitado durante una de nuestras visitas de rutina. La solución IMS nos permitió entender qué tipo de comunicación se realizaba con cada grupo de interés en particular, y dónde deberíamos ir desde allí.

V.F.: Hay algún otro consejo que te gustaría compartir con las personas implicadas en situaciones similares?

J.B.D.: La comunicación con los grupos de interés debe ser sincera y respetuosa. Hay que evitar situaciones en las que los relacionistas sociales aparecen sólo para una relación transaccional. La participación efectiva de los interesados no debe centrarse en mantener a la gente a raya para que el proyecto pueda seguir adelante, sino que debe implicar un diálogo transparente y considerado acerca de cómo el proyecto puede seguir adelante con el aporte máximo de ayuda comunitaria. También exige coherencia. Por ejemplo, si un relacionista social da un mensaje y luego otro relacionista social da un mensaje diferente a la misma comunidad o individuo puede crear confusión y desconfianza. Esto ilustra la importancia de documentar todas las interacciones para asegurar que los mensajes sean consistentes a través de las personas y los programas que están envueltos en el proyecto.

Invito también a las personas interesadas en este tema a unirse conmigo a la Boréalis Conference 2013 en Brisbane, Australia, del 18 al 19 septiembre. En ella voy a hablar de los desafíos que enfrentamos, y voy a intercambiar ideas con los asistentes sobre cómo mejorar las relaciones comunitarias. Será una excelente oportunidad para compartir experiencias y mejorar las prácticas de gestión con las partes interesadas en las industrias extractivas.

Tenga en cuenta que las ideas y opiniones expresadas en este artículo son proprias del autor y no reflejan necesariamente las de Boréalis.

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